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14.5.18

Corticos XII


¡Apunten y disparen!

No hubo tirador más certero
Su excesiva corporalidad
aplasta su diminuta seguridad,
olvidó su pasado costero.

Obsoleta su función natural,
no queda nada a qué aspirar,
nada que se pueda enmendar
desecha el que fuera, de niña, su ideal.

Una máquina de escribir,
la banqueta del solar.

Corticos XI


Cero y van dos, cero
Dos veces he muerto
Dos corazones se me han escapado
Van dos y cero
No los veo

El primero muy cierto,
muy difuso el segundo.
Duelen igual, matan igual.
Ya se llevaron la esperanza
No quda vida que valga
Solo la memoria conserva
lo que al corazón deshierba.

Coriticos X


El fantasma no se ha ido,
nunca lo hizo, permanece latente.
Ha vuelto y esta vez con un ejército
que le recuerda que está sola,
que nunca los ha vencido.
Los ignora a veces, pero ellos arremeten,
rasgan su alma, sus sueños,
pulverizan su ser en un chasquido.

Y ahí, hecha polvo,
se disuelve en un garrafal aguacero.
Es como nada, nada que se pueda rescatar.
Los cuchillos afilados la condenan y muere,
milímetro a milímetro, es asesinada.